Cuando la Dra. Samantha Smyth confunde al guapísimo mecánico del pueblo con un paciente, aprende una lección que jamás olvidará…
Ser una jovencita brillante hizo que Sam obtuviese el título de doctora a los veintidós, pero nada ha aprendido de los hombres. Su mundo son los bisturís y las batas blancas, no el juego de la seducción. Está acostumbrada a recibir atención por su inteligencia, no por su cuerpo. Pero cuando Mac y Hardin se enteran de que necesita unas clases entre las sábanas, son los primeros en apuntarse a dicha tarea. Cumplen su labor con eficiencia y se aseguran de que se vuelva una experta en el placer… con ellos, solo con ellos.
Mac sabe que no es merecedor de la hermosa doctora; trabaja con las manos, es rústico de cabo a rabo, lleva tatuajes y es mayor que ella, pero la quiere. Él y Hardin, su mejor amigo, llevan anos buscando a una mujer que puedan hacer suya juntos. Pero con solo saborear a Sam una vez es suficiente para saber que no es solo pasión lo que sienten por ella; son ganas de protegerla y poseerla.
Cuando se enteran de que Sam podría ser víctima del asesino que sigue suelto, no permitirán que nada le ocurra. Y su instinto protector alcanza un nuevo nivel cuando Hardin descubre que quizá tenga un parentesco con el asesino.